lunes, 9 de abril de 2012

El templo ¿del Señor?



Esta historia es contada por un exmormón que trabajó en el templo Mormón de Manti. Él me pidió que lo publicara aquí.

Mi experiencia en el templo
Por un ex trabajador en el templo

Mi esposa y yo trabajamos por dos años en el templo SUD en Manti, Utah.
Este es un templo en donde la ceremonia se lleva en "vivo": es que a diferencia de otros templos en donde mucho del drama se presenta en películas, en Manti es realizado en persona. Todo es hecho en persona por hombres y mujeres que han sido escogidas y seleccionadas para ser trabajadores del templo.
Como Mormón, creía que el templo era supuestamente el lugar más sagrado en la tierra, un lugar en donde Dios residía.
Cuando empecé a trabajar en el templo estaba muy emocionado de aceptar el llamamiento. Durante toda mi vida en la Iglesia Mormona se me fue enseñado y creía, que el templo era el lugar más sagrado en la tierra y que en el templo uno podría acercarse más a Dios que en cualquier otro lugar. Me enseñaron que era su casa. Y también me enseñaron que el Adversario - es decir, Lucifer - no podría entrar en ese lugar sagrado. Me enseñaron eso mis amigos mormones y los líderes de la iglesia.
El primer día
Empecé a servir en el templo, me asombré del conflicto que vi entre el presidente del templo y su esposa en todo lo referente a como llevaban los asuntos del templo. Había resentimiento, peleas, envidias, y malos sentimientos todo el tiempo, todo mezclado con malas palabras que yo no utilizaría con mi propia familia. Muchos de los otros trabajadores en el templo no estaban contentos con el liderazgo en el templo. Todo parecía como si me hubieran colocado con una familia disfuncional y no pudiera salir. Conforme el tiempo pasó se puso cada vez peor y peor hasta que el presidente fue finalmente cambiado. Pensé que mejorarían las cosas, pero otros problemas aparecieron.
En ese momento también servía en mi obispado y teníamos tantos en nuestro barrio como en el templo
Trabajé ahí por un año cuando fui llamado al puesto de asistente supervisor en nuestro horario. Eso requería más juntas y más responsabilidad. Uno de mis trabajos a veces consistía en recolectar las etiquetas usadas, que tenían los nombres de las personas muertas que las personas usaban mientras pasaban por las ceremonias en el templo. Esas etiquetas servían para que los trabajadores del templo pudieran leer el nombre cada vez que se necesitara en varios puntos de la ceremonia. Yo regresaba las etiquetas a la oficina, pero entonces me di cuenta que las utilizaban una segunda vez y una tercera. No entendía que pasaba. Qué sucedía ahí? Porqué utilizaban los mismos nombres tres días seguidos? Le pregunté a mi supervisor y él me dijo que siempre utilizaban todos los nombres que se enviaban al templo para hacer trabajo de templo por esos tres días consecutivos, y que entonces eran enviados a otro templo y eran utilizados de la misma manera una y otra vez. Pensé que eso era muy extraño Era como si no hubieran suficientes nombres para ser utilizados en las ceremonias, que no hubiera nombres nuevos cada día. Porqué desperdiciaban el tiempo de los miembros enviándolos al templo para utilizar el mismo nombre por tres días consecutivos, cuando solo habría necesidad de hacerlo la primera vez por esa persona.


La siguiente preocupación que tuve tuvo que ver con los asistentes al templo en cada sesión. Sólo de tres a quince miembros de la iglesia iban a cada sesión, apenas suficientes para que tuviera sentido tener el templo abierto. Los sábados eran los únicos días en que se tenía sesiones completas, en las que había alrededor de 125 miembros de la iglesia por sesión. Los líderes de la iglesia estaban muy preocupados por la asistencia al templo. Porqué no había asistencia en el templo? Ese era un problema que afectaba a toda la iglesia. Se había determinado que una de las principales razones de la poca asistencia era la ceremonia en si, algunas partes de la ceremonia eran ofensivas para algunas personas. Entonces se retiraron convenientemente o se cambiaron las partes que eran ofensivas para las personas para intentar aumentar la asistencia.
También buscaban reducir el tiempo que tomaba llevar a cabo una sesión. Las personas estaban inconformes con el tiempo que se utilizaba para ir al templo. Así que los líderes sintieron que si se reducía el tiempo tal vez más personas asistirían. Ellos ya había recortado varias veces la ceremonia de su versión original de ocho horas que tomaba en 1900 a cuatro horas a mediados del siglo XX y después a dos o una hora y media por sesión en 1970, y finalmente una hora o cuarenta cinco minutos en 1990. Las sesiones empezaban a las 7:30 a.m. y se realizaban cada hora hasta las 9:30.
Aparentemente el profeta estaba tan preocupado con la asistencia y los números que envió un boletín a todos los templos pidiendo ayuda en la búsqueda de como aumentar la asistencia al templo. Así que en las reuniones del templo los líderes pedía sugerencias de como aumentar la asistencia al templo. Así que se decidió que a cada barrio se le pidiera que por lo menos 15 parejas o más asistieran al templo diariamente. Parecía una broma, intentar que más miembros asistieran al templo o que se aparecieran por ahí. Parecía que la iglesia estuviera más interesada en los números que en los sentimientos que las personas tenían y hacer que el templo tuviera un verdadero valor para los que trabajaban ahí, y que daban su tiempo gratis para trabajar en las sesiones diarias. Llegaron al extremo de sugerir que ciertas parejas fueran llamadas a una misión de un año sólo para servir como trabajadores para servir en las sesiones de los templos. Intentaron todo. Sin embargo, la asistencia al templo era y llevaba muchos años de ser muy, muy escasa.
Después de servir y pasar por las sesiones y aprender la ceremonia del templo empecé a preguntarme porqué alguien tendría razones para ir a la ceremonia en el templo. La mayoría de las personas que la han realizado varias veces pensaban que era aburrida, la mayoría se quedaba dormida durante las sesiones o no ponían atención a lo que hacían. La mayoría de los que iban por primera vez se sentían incómodos, pero como todo mundo actuaba como si fuera algo sagrado e importante, se hacían la idea de que ellos eran los que tenían algo mal. Se les decía que volvieran después para entender mejor de que trataba la ceremonia. Pienso que la mayoría de los que asistían por primera vez se iban con miedo y asombro dada la experiencia extraña que habían tenido.
Cuando atendí a otro templo en otra ciudad había un mensaje en el pizarrón en el que pedían voluntarios para trabajar en el templo. El mensaje estuvo ahí por un año y puede ser posible que siga ahí. Eso era en un pueblo con una población 75% mormona y varias parejas retiradas. Siempre me pregunté porqué había problemas para lograr la asistencia de personas al templo? No había interés. Mientras estuve sirviendo a lo largo de dos obispados por un periodo de más de 5 años, siempre fue un problema lograr la asistencia de los miembros, no se podía lograr que los miembros asistieran una vez cada dos meses, y los líderes sugerían que se asistiera por lo menos cada semana.
Los cambios a la ceremonia del templo desde la versión original que fue enseñada por José Smith han sido muy drásticos. Uno de esos cambios tenía que ver con algo que realmente me preocupaba y que tenía que ver con algo que se quitó de la ceremonia al rededor de 1927. Era parte de la ceremonia del templo hasta esa fecha, se llamaba la ley de la venganza. A los que ayudaban en la ceremonia se les decía que se pusieran de pie y levantaran su brazo derecho y que dijeran "Ustedes y cada uno de ustedes prometen y juran solemnemente que orarán, y nunca dejarán de orar, y nunca dejarán de pedir al cielo para que la sangre de los profetas de esta nación sea vengada, y que enseñarán esto a sus hijos y a los hijos de sus hijos hasta la tercera y cuarta generación. Todos agachen su cabeza y digan sí". Esto suena como algo que deba decirse en una iglesia cristiana. Qué no hay lugar para el perdón? Este juramento fue la principal razón de que 125 personas, hombres, mujeres y niños, fueran asesinadas (la mayoría con disparos en la cabeza) por miembros de la iglesia en 1857. Y entonces la iglesia intentó cubrir todo y culpar a los indios. Estos horribles asesinatos en el sur de Utah después se conocieron como la Masacre de Mountain Meadows. Los participantes que realizaron los asesinatos recibían órdenes de líderes de la iglesia y se les indicó "que hicieran su deber" ... y eso era dispararle y matar a hombres, mujeres y niños que tuvieran más de 7 años, para que así no hubiera testigos. Se les ordenó vengar la sangre de los profetas.
Me encontré con que el templo Mormón no era lo que me habían enseñado que sería. La ceremonia del templo era una de las principales razones por las que yo dejé la iglesia. Pronto me di cuenta que la iglesia mormona no era lo que se me había dicho que era o que yo pensaba que era. Estaba seguro que no era la iglesia de Dios como se me había dicho
Muchos de los iban al templo nunca querían volver. Era una experiencia muy deprimente para mi esposa y para mí, nos enfermaba, especialmente si en ese momento se piensa que era algo que había sido creado por Dios. Después de que supe la verdad estuve muy avergonzado de haber trabajado en el templo. Me di cuenta que no podía servir a un Dios que cambiaba a voluntad, que era violento y decepcionante.
La ceremonia del templo que se usa en la Iglesia Mormona fue copiada de la orden masónica a la que José Smith y varios miembros de su familia pertenecieron. Si lee la ceremonia del templo Masón encontrará que son casi idénticas.
Estoy contento de haber dejado la iglesia mormona después de haber dedicado 35 años de mi vida a su servicio. Realmente lo entiendo como una prisión para la mente y el cuerpo. Ahora somos libres de disfrutar el resto de nuestras vidas en paz. Doy gracias a Dios por abrir mi mente y darme cuenta de la mentiras del Mormonismo antes que morir. Espero que más miembros de la Iglesia Mormona puedan empezar a pensar por ellos mismos, en lugar de permitir que la iglesia piense por ellos, y que se den cuenta de que la Iglesia Mormona no es lo que dice y pretende ser. En mi propia experiencia la Iglesia Mormona dice ser la iglesia que une a las familias, pero encontré en esos 35 años de servicios que era totalmente lo opuesto, que separa a más familias de las que algunas vez ha unido.
La Iglesia Mormona dice tener una membresía de 11 millones, la verdad es que sólo del 35 al 40% es activa. También me di cuenta que los mormones suelen juzgarse continuamente entre ellos y con el resto de las personas, que los miembros de la iglesia siempre veían como inferior al resto de las personas, pensando que eran mejores que ellos y que nunca irían al cielo a menos que se unieran a la Iglesia Mormona. Eso es en si un pecado, juzgar a otros. Si los Mormones utilizaran el mismo tiempo en auto juzgarse y permitir a otros vivir sus vidas que el tiempo que utilizan en juzgar a otros, serían un grupo mucho mejor de personas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En todos los templos hay cosas oscuras. Y no son tan celestiales. Y no te va a caer un rayo si entras siendo un pecador. Porque trabajan muchos que son pecadores a tope y no se mueren. Pero para eso, les queda decir, que el señor ya pondrá a la gente en sus sitio. Pero nunca llega. ¿Porque? Porque el templo es la casa del señor tanto como de superman.