Los orígenes de esa Cofradía se remontan a las Sociedades Secretas Medievales, que tenían sus centros en Escocia e Inglaterra.
Estas Fraternidades desarrollaban Ritos y Ceremonias que estaban reservados, exclusivamente, para sus miembros.
Las enseñanzas que tenían eran sencillas, prescribían la moral, la caridad y la obediencia a la ley de la tierra.
En la época de la Independencia Norteamericana , muchas personalidades distinguidas pertenecieron a la Masonería.
Otros catorce Presidentes de la Nación Americana hicieron lo mismo. [1]
Se especula que por el tiempo de la Revolución Independentista , había más de cien Logias Masónicas en los EE.UU.
En esa época comienzan a fracturarse los lazos que unían a estas Logias con sus Centros Directivos Europeos.
Finalmente en 1777, se rompió el vínculo con la Logia de Inglaterra y se estableció la primera Gran Logia en la ciudad de Boston.
Ser Masón daba prestigio y estatus.
Sin embargo, fue en ese tiempo cuando los Masones protagonizaron uno de los casos más sonados de la historia de las Sociedades Secretas y que trajeron sombra de oprobio sobre estas Fraternidades Secretas.
El historiador Whitner R. Cross, autor de "The Burned over District / El Distrito Quemado", describe en un artículo especializado, el famoso "caso Morgan".[2]
Según cuenta Cross, William Morgan se hizo Masón en Rochester en 1823, pero al ser excluido de la filial local (o Logia Unión) que tenía la Confraternidad Secreta en Batavis y, posiblemente, movido por despecho, escribió una obra titulada "Illustrations on Masonry" (Ilustraciones sobre la Masonería ), en la que revelaba Prácticas, Ritos y Costumbres de la Masonería.
Primero, las Autoridades lo detuvieron brevemente reclamando el pago de ciertas deudas, finalmente, lo liberaron y cuando llegó a su domicilio encontró que su casa había sido minuciosamente revisada, con la posible intención de encontrar el manuscrito original en el que divulgaba los Secretos Masónicos.
El 8 de septiembre de 1826, comenzaron a aparecer en el poblado diferentes bandas de extraños.
Un grupo de hombres intentó incendiar la imprenta de lugar, pero la iniciativa fracasó.
Estos dos episodios (la detención de Morgan y el intento de incendiar la imprenta), no pueden considerarse aisladamente, los dos hechos están unidos a la supuesta búsqueda del manuscrito escrito por Morgan sobre la Masonería.
El 12 de septiembre del mismo año, en horas de la noche, un grupo secuestra a Morgan y nunca más se lo volvió a ver.
Este episodio histórico, produjo un sentimiento Antimasónico que se extendió por todo el país y fomentó una nueva actitud hacia esta Orden Fraterna Secreta, generando también una ola de rumores y especulaciones acerca de sus Ritos, Juramentos y Votos Secretos.
Charles Finney, el predicador protestante más destacado de la época, estimó que por esos tiempos, unas mil Logias y unos cuarenta y cinco mil miembros Masones de los EE.UU., suspendieron sus Actividades Fraternas. [3]
El caso Morgan desató una ola de indignación en contra de la Masonería.
Paralelamente a todo este caos para los Masones, marcado por la difusión del libro"Illustrations on Masonry" la posterior desaparición misteriosa de su autor y la divulgación de sus actividades secretas, la Masonería resurgió de esta encrucijada histórica en una dimensión diferente, y lo hizo en las prácticas cúlticas del Mormonismo.
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